La Motovía
Hay cosas bien buenas que ocurren de
repente. Tenía tiempo que no pasaba por la calle de los hoteles, hace
poco lo hice y me llevé una de las mejores sorpresas de mis últimos
tiempos: ¡Habían construido una motovía!
No se quién lo hizo
porque en un extraño acto de modestia preelectoral no colocaron
suficientes carteles. Se que no fue Ledezma porque su falta de modestia
molesta y porque además de vender autobuses con el logo de la
metropolitana y despotricar del gobierno él no hace nada. Tenían que
haber sido Jorge o Jacqueline.
¡Que maravilla!. Se me aguaron
los ojos viendo aquello. Los motorizados circulaban tranquilos por su
motovía, seguros, incluso pasaron algunos policías con el pecho henchido
de orgullo por hacer uso de esta innovación vial.
Algunos
motorizados aún circulaban entre los carros, viéndose obligados a
zigzaguear por esa odiosa costumbre que tenemos algunos automovilistas
de no desaparecer cuando suenan la agradable cornetica, pero que se le
va a hacer, siempre hay resistencia al cambio.
Algunos
peatones abusivos, porque la mayoría lo son, intentaban invadir por
momentos la motovía, pero cornetazos, acelerones y mentadas de madre
fueron efectivos instrumentos de defensa de sus derechos.
El
colmo fue una abuela que junto a dos niños se atravesó en la motovía y
obligó a un motorizado a hacer uso de un truco que le había enseñado su
hermano mayor pero que hasta ahora nunca había necesitado: frenó. Se
sorprendió del efecto de halar la palanquita y pisar el freno
simultáneamente y suspiró aliviado, seguro que pisar a la vieja o los
carajitos le hubiera provocado una caída, o peor, un raspón a su moto.
Luego de los improperios, porque la vieja a pesar de su imprudencia
tuvo la osadía de gritarle alguna cosa, continuó su viaje preocupado. Su
hermano le había dicho que frenar podía tener efectos secundarios, que a
su pana Manuel cada vez que lo hizo se le puso más chiquito hasta que
casi desapareció. ¡Qué va!, se dijo, nunca más freno. ¡Primero Muerto!
También lo puedes ver en: http://www.ciudadccs.info/?p=524175
3Rdigital
viernes, 31 de enero de 2014
viernes, 13 de septiembre de 2013
Presidente Maduro: en la guerra económica que desató la burguesía venezolana nuestra artillería apunta para atrás
Caracas;
09 de septiembre de 2013
Ciudadano
Alejandro
Fleming
Ministro
del Poder Popular para el Comercio
Su
despacho.-
Me
dirijo a usted con la finalidad de presentarle formalmente mi
renuncia al cargo de Director General del Servicio Autónomo de la
Propiedad Intelectual, que he venido desempeñando desde el 10 de
junio del año 2010, nombramiento publicado en la gaceta oficial N°
34.443 de esa misma fecha.
Esta
decisión, que ha sido meditada profundamente por mí persona, y
debatida con parte del equipo de trabajo que me ha acompañado a lo
largo de estos tres años de gestión, obedece a motivos
estrictamente políticos e ideológicos que a continuación expongo.
Nunca
me he cansado de decirle a la gente que ha trabajado conmigo que
detrás de cada solicitud, detrás de cada papel que llega a nuestras
manos como servidores públicos, existe un cúmulo de razones y
expectativas de las personas que la envían. La más ordinaria de
las solicitudes realizadas, el trámite más rutinario, encierra por
lo general un sueño, un anhelo, una esperanza de que con su entrega
algo se logre. Si una enseñanza recibimos todos del Comandante fue
valorar el drama humano garabateado en cada papelito que recibía,
los cuales seguramente le recordaban las quijotescas propuestas que a
él mismo le tocó garabatear desde la cárcel a cientos y miles de
venezolanos y que motivaron a tantos a acompañarlo, de ahí nuestra
confianza en su poder. Podemos no estar de acuerdo con lo
planteado, puede incluso indignarnos o parecernos descabellado, pero
siempre, siempre debemos leer con atención las motivaciones y las
expectativas que mueven a las personas a decidirse a escribir y
entregar su papelito. Esta comunicación pretende trascender al
hecho administrativo-burocrático y constituir un elemento para la
reflexión. En otras circunstancias y otros momentos he podido
argüir “motivaciones personales”, tragándome las verdaderas
razones en función de la coyuntura política. Pero la dura lección
que nos ha dado la vida a todos los revolucionarios me ha enseñado
que no podemos postergar lo estructural, que la crítica y la
autocrítica tiene que ser la fuente primordial de la dinámica que
permita el avance y la profundización de la revolución, que
argumentar “motivaciones personales” más que un acto de
prudencia constituiría un acto contrarrevolucionario cuando lo que
se tiene que decir va mas allá de la malcriadez o el capricho.
Para
mí es absolutamente inexplicable que mientras el Presidente de la
República Bolivariana de Venezuela, camarada Nicolás Maduro, viene
realizando una titánica labor para garantizar la gobernabilidad del
país, haciendo frente a las formidables fuerzas internas y externas
que día a día atentan contra la estabilidad del proceso
revolucionario, mientras el conjunto del pueblo y su presidente
buscan y generan nuevas dinámicas de interacción como lo es el
gobierno de calle, usted camarada, a cinco meses de haber asumido el
cargo de ministro, no ha convocado a una sola reunión de trabajo con
el conjunto de los responsables de los organismos adscritos al
Ministerio del Poder Popular para el Comercio para compartir
lineamientos que permitan apuntalar la estrategia desarrollada por el
Presidente Maduro. Algunos de estos responsables, militantes
revolucionarios que hemos sido desde hace muchos años, hemos
intentado hacerlo de manera más o menos aislada, más o menos
eficaz, pero la buena voluntad individual no basta. Considerando
que es en el área económica y comercial en la que se desarrollan
buena parte de las estrategias de ataque de la burguesía, a través
del acaparamiento, la escasez, la especulación y otras prácticas
criminales que atentan contra la tranquilidad y el bienestar de
nuestro pueblo, lo ideal, lo revolucionario, lo coherente sería que
el Ministerio del Poder Popular para el Comercio, como un todo, se
constituyera en una vanguardia articulada, creativa y audaz en la
defensa del bienestar de nuestro pueblo y en el avance en la
transición al socialismo bolivariano, cosa que lamentablemente no ha
ocurrido. Frente a esta situación, le solicitamos una reunión a
través de su Director de Despacho. Transcurrido el tiempo, y debido
a nuestra insistencia, finalmente se produjo una reunión con el
mencionado director y el Director de Recursos Humanos. En dicho
encuentro compartimos con ellos buena parte de las preocupaciones que
motivan esta comunicación y a pesar de haber transcurrido casi dos
meses de haberse realizado, aún no ha habido respuesta alguna a los
planteamientos expuestos en ella.
Entre
otras muchas cosas que es necesario rescatar y potenciar del modelo
de gestión pública revolucionaria impulsada por el Comandante, está
su insistencia en la divulgación y colectivización de los objetivos
fundamentales del gobierno y las estrategias a desarrollar para
alcanzarlos. Domingo a domingo, y si era necesario a lo largo de la
semana, el Comandante nos sentaba a todos y a todas y nos revelaba de
manera diáfana y demostrando su profunda comprensión del método
robinsoniano, cada uno de los aspectos y estrategias para resolver
determinadas problemáticas. Más de una vez nos sorprendimos
discutiendo con la pantalla del televisor, para luego sonreír cuando
conciliaba con nuestra posición o terminábamos comprendiendo
cabalmente su posición. Ocasionalmente pasábamos una semana
enfurruñados discutiendo con amigos y camaradas determinada
afirmación del Comandante, para al domingo siguiente escuchar su
rectificación o terminar dándole la razón. Tal afán
comunicacional no era casual, ni lo es que el camarada Nicolás
Maduro mantenga este esfuerzo. Está claro que tras esa labor se
encuentra la convicción de que sin el compromiso colectivo con los
objetivos y estrategias de la revolución, todo sería imposible.
Tal es la fuente de nuestra preocupación por el vacío de reflexión
y articulación colectiva que hemos podido evidenciar en estos meses,
en este ministerio.
Queremos
compartir en esta comunicación algunas de las propuestas que nos
hubiera gustado poder plantearle personalmente. En el Ministerio
del Poder Popular para el Comercio existen organismos clave para el
desmontaje de la estrategia criminal que vienen desarrollando los
enemigos del país, nos referimos a INDEPABIS, SUNDECOP, SUVINCA y
COMERSSO, en tanto, otro grupo de organismos tienen funciones de
rectoría en materia comercial cuyo impacto no es inmediato y que en
muchos casos la legislación aplicable les impiden tener un rol más
protagónico al respecto: SAPI, PROCOMPETENCIA, ALMACENADORA CARACAS,
SENCAMER, SIEX Y CASS. Lo cierto es que el INDEPABIS, sobre el cual
descansa la responsabilidad de evitar las prácticas especulativas,
acaparadoras, de remarcaje y en general la protección de los
usuarios y usuarias en el acceso a los bienes y servicios, es un
organismo con enormes debilidades. Lo conocí por dentro en una
breve pasantía que allí tuve como integrante de su Junta Directiva,
y la verdad es que con un poco más de 200 fiscales para cubrir todo
el país, sin el equipamiento necesario (flota de vehículos escasa
y en mal estado) y un presupuesto crónicamente deficitario,
difícilmente este organismo puede cumplir con las expectativas que
todo el pueblo venezolano deposita en él. Esto sin hablar de la
idoneidad del personal a cargo de esta delicada labor, pues si bien
hay funcionarios respetables en este organismo, ha quedado demostrado
que también hay de lo otro. La salida mediata a los problemas
presupuestarios y financieros del INDEPABIS es, a nuestro modo de
ver, sencilla. Una reforma a la Ley respectiva permitiría que parte
-o la totalidad- de los recursos que se recauden por concepto de las
sanciones que el INDEPABIS aplique sean destinados al financiamiento
de sus operaciones. ¿Sabía usted que actualmente todo lo recaudado
por este concepto va al SAFONACC? ¿Y que no existe ningún sistema
de información que cruce las sanciones impuestas contra los pagos
realmente efectuados por los comerciantes sancionados?, esta
situación ha permitido a muchos no solo evadir el cumplimiento de
estas obligaciones, sino incluso burlarse del personal de INDEPABIS
cuando aplica alguno de estos castigos, este sería otro elemento a
contemplar en una reforma de esta Ley. En lo inmediato una forma de
remediar este problema es apoyar al INDEPABIS con los modestos
recursos disponibles en los otros organismos adscritos a este
ministerio. El Estado es un todo que debe actuar con coherencia,
estoy seguro que la SIEX, el SAPI, PROCOMPETENCIA y otros organismos
adscritos al MINCOMERCIO pueden bajar al mínimo indispensable sus
operaciones y poner a disposición del INDEPABIS cuadros
administrativos, equipos, vehículos y otros recursos necesarios para
confrontar las amenazas que se ciernen sobre la revolución,
afectando en muy poco al colectivo con tal decisión y beneficiándolo
de manera sustancial. De esta manera se pudiera aumentar
significativamente la capacidad operativa de este instituto de manera
inmediata, por lo menos en Caracas, formando y acreditando como
fiscales a los funcionarios que pudiéramos aportar y garantizando
desde los otros organismos adscritos la operatividad de estas
unidades auxiliares. Por nuestra parte en el SAPI teníamos
identificados y a disposición 20 de nuestros mejores cuadros
tecno-políticos (porque esta tarea exige a las y los mejores) y una
oficina en el centro de la ciudad con los equipos necesarios que bien
pudiera ser la base de operación del INDEPABIS para garantizar su
presencia permanente en puntos tan importantes como los mercados de
Quinta Crespo y San Martín, 23 de Enero y Catia, por ejemplo. Sin
embargo esta propuesta no es sostenible en el largo plazo, pues estos
funcionarios y funcionarias, así como los recursos requeridos son
necesarios en sus organismos de adscripción, en todo caso se
trataría de un plan de choque con una duración máxima de un año.
Resolver
estructuralmente el problema requiere, a nuestra manera de ver, el
concurso permanente y coherente del Poder Comunal. Formar,
transferir autoridad y poder a los Consejos Comunales y Comunas,
permitiría pasar de 200 y tantos fiscales actuales a decenas de
miles en un plazo relativamente breve, permitiría ampliar
exponencialmente la cobertura geográfica de la acción del Estado en
esta materia, y potenciaría de manera significativa la construcción
del Poder Comunal, tal como lo planteara el Comandante en aquel
famoso Consejo de Ministros que se ha dado en llamar “El Golpe de
Timón”. Efectivamente, que en cada espacio comunal exista un
Fiscal Popular, formado y acreditado por el INDEPABIS, cuyas
actuaciones sean supervisadas por este ente y por el Consejo Comunal
respectivo, permitiría un real control social sobre las desviaciones
de la actividad comercial que la burguesía está utilizando como
estrategia de confrontación a este nivel. Pero entiéndase bien
la propuesta, se trata de transferencia real de poder, de capacidad y
potestad para aplicar sanciones del tipo que sea, de acuerdo a
directrices claras y específicas y bajo la supervisión del Estado
(INDEPABIS) y del Poder Comunal, no es el esquema de los amigos del
INDEPABIS, o los simpatizantes de nada. Desconcentración,
Corresponsabilidad y Poder Comunal, pues. Esto permitiría,
igualmente, que el INDEPABIS se avocara a combatir la estrategia de
los enemigos de la patria en su raíz. No basta con controlar las
prácticas especulativas o usureras al nivel del pequeño comerciante
o expendedor, el problema está más arriba, no es el carnicero de la
esquina de mi casa el objetivo inteligente de una acción en este
sentido, hay que conocer y atacar la cadena desde el matadero hasta
el carnicero, pasando por el distribuidor, incluso hay que conocer y
cortar de raíz las prácticas que apuntalen estas desviaciones en
las cadenas de importación de alimentos y en la producción primaria
nacional.
Ver
al Estado como un todo articulado, en sí mismo, y en relación con
el Poder Comunal, es otro de los elementos fundamentales del modelo
de gestión pública revolucionaria que nos legara el Comandante.
Este principio no aplica únicamente a la actividad del INDEPABIS,
también es aplicable a SUVINCA . Esta empresa nace en el marco de
un esfuerzo de la revolución por asumir la gobernabilidad en el área
de la importación y el comercio de bienes de capital.
Posteriormente el gobierno nacional decide participar en la
importación de todo tipo de bienes de consumo a través de esta
empresa y crea COMERSSO para la distribución directa de estos
productos. Inicialmente estas empresas se dieron a la tarea de
instalar una red permanente de distribución, articulada con el
Poder Comunal a través de la creación de Biceabastos y Comerssitos,
esta estrategia que nos pareció acertada por los niveles de
fortalecimiento del Poder Comunal que implicaba, los empleos y la
dinamización de las economías locales y comunales que generaba,
pero sobre todo por su carácter de sistema permanente de
distribución de bienes en control del pueblo fue abandonada
inexplicablemente. Su sustitución por operativos más o menos
eficientes de distribución de los productos importados por SUVINCA y
distribuidos por COMERSSO fue, a nuestra manera de ver, una pérdida
importante, porque la organización de la demanda de estos bienes a
nivel de los Consejos Comunales hubiese minimizado la demanda
“fantasma” (reventa) de los equipos de línea blanca y otros
artículos distribuidos, así como hubiese permitido una mejor
organización de la procura y la planificación de la distribución
de bienes, y, especialmente, porque garantizaba el acceso a estos
bienes de manera cómoda para la población. Así las cosas,
camarada, le planteamos, primero, que se estudie la posibilidad de
retomar el proyecto de estos centros comunales de organización de la
demanda y distribución de bienes, redimensionándolo o
transformándolo (de considerarse necesario), y además, que en
paralelo, o en caso de que se le considere inviable (por razones
logísticas o de costos) se creen redes populares alternativas de
distribución de bienes.
En
Venezuela y el mundo, desde hace muchos años existe la venta por
catálogo, todos y todas alguna vez hemos usado un perfume, un
cosmético, un envase o una cobija distribuidos a través de esta
antigua modalidad. ¿Por qué SUVVINCA-COMERSSO no pudieran
distribuir algunos de los productos que manejan a través de esta
vía? Es más, atendiendo al principio de articulación que
mencionamos anteriormente, la fuerza popular de distribución para
estos productos pudiera estar constituida principal, o
exclusivamente, por participantes de la Misión Madres del Barrio o
alguna otra, lográndose no solamente el objetivo de mejorar el
acceso de las personas a los bienes y la efectiva distribución de
estos entre la población en condiciones adecuadas de precio, calidad
y oportunidad, sino también mejorando los ingresos de las personas
que participen en la red con una actividad que no requiere dedicación
exclusiva, impactando así positivamente en su calidad de vida y
garantizando alcanzar los más remotos lugares de la geografía
nacional.
Con
respecto a la iniciativa adelantada por el ministerio con la
asignación de citas automatizadas a través de su página WEB para
la adquisición de los productos de Mi Casa Bien Equipada, que bien
pudiera entenderse como un intento para organizar la demanda, no
puedo dejar de comentarle que en días recientes una trabajadora del
SAPI, militante del PSUV, integrante de la Comuna Aguerrido Tamanaco
de Petare, y uno de los cuadros con que siempre contamos en esta
institución, se me acercó alterada con un papel en la mano, en el
que le habían otorgado la cita para adquirir una nevera que le hace
falta. Con los ojos aguados me pidió que viera la fecha de la
cita, en ese momento comprendí su estado, en el papelito se leía:
12/08/2015. No contento con eso y en previsión de algún error de
su parte solicité mi propia cita el 19/08/2013 y el sistema me la
otorgó para el 10/12/2016 (la cita está en el sistema bajo el
número ff51fb7a9bcb22c59561b4fa368880a, que está debajo del código
de barras). El objeto de esta mención no es solamente hacerle ver
lo absurdo de la asignación de estas citas para dentro de tres años,
sino que el sistema en ningún momento requiere del usuario cuál es
el producto que desea adquirir, por lo que suponemos que si alguien
esperara los tres años y asistiera a las instalaciones de COMERSSO
no tendría garantizada la existencia del bien que necesita. Le
sugerimos que al menos ordene revisar los criterios para la
asignación de las citas y que se incorpore la información del bien
que se demanda para que se pueda planificar la oferta y se garantice
su existencia para cuando el usuario acuda a las instalaciones de
COMERSSO.
Con
relación a los asuntos específicamente relativos al Servicio
Autónomo de la Propiedad Intelectual, no podemos dejar de mencionar
algunos. Como sabrá ministro, el SAPI incluye dos áreas
sustantivas: Propiedad Industrial (que abarca marcas y patentes) y
Derecho de Autor. Esta última dirección se encarga entre otras
cosas del registro de diversos tipos de creaciones: música, obras de
teatro, películas, fotografías, escultura, hasta software. Lo
cierto es que desde el 22 de mayo, fecha en que su titular presentó
su renuncia para seguir apuntalando la revolución desde otros
espacios, dicha dirección se encuentra vacante. Cuando asumimos la
Dirección General del SAPI, hace tres años, el tiempo promedio de
duración de estos trámites era de dos meses, posteriormente,
mediante la simplificación y agilización de los mismos logramos
reducir estos lapsos a solo tres días hábiles, sin embargo en este
momento y dada la situación planteada, tenemos un atraso de tres
meses en algunos casos. En comunicaciones emanadas del SAPI los
días 23 de mayo, 20 de junio y 31 de julio le presentamos una
propuesta que consideramos idónea para la sustitución de este
funcionario, sin embargo no hemos obtenido respuesta alguna.
Incluso en la última de estas comunicaciones le hicimos un resumen
de la situación para ese momento: 258 casos que requerían la firma
de este funcionario, de los cuales 55 eran registros aprobados y ya
cancelados por los creadores y creadoras, así como 154 solicitudes
susceptibles de aprobación. Es necesario mencionar que en muchos
casos el registro en la Dirección Nacional de Derecho de Autor es
requisito indispensable para acceder al financiamiento que otorgan
diversos organismos del Estado para la realización de películas y
otras creaciones, como parte de las políticas de la revolución en
materia cultural.
Igual
silencio ha imperado en el caso de propuestas de carácter
estratégico que le hemos remitido. El 14 de mayo fue recibido en
su despacho el punto de cuenta en el que se proponía la aprobación
del convenio de cooperación SAPI-INTEVEP (Instituto de Tecnología
Venezolana para el Petróleo, S.A.) que permitiría profundizar la
colaboración entre estos dos entes del Estado Venezolano,
facilitando al SAPI el acceso a un conjunto de bases de datos de
patentes que maneja INTEVEP y que por sus altos costos no podemos
acceder a ellas directamente y, por otro lado, poniendo al servicio
de INTEVEP las capacidades desarrolladas por el SAPI en el análisis
de la información contenida en los documentos de patentes. Este
convenio altamente satisfactorio para ambas instituciones y para el
Estado como un todo aún espera por su decisión.
Por
otra parte, tengo la satisfacción de informarle que el proyecto de
creación de taquillas integrales de atención al usuario del SAPI
está a punto para su puesta en marcha, fueron creados los programas
necesarios, los manuales de operación para el personal están
listos, así como el entrenamiento de los servidores públicos que se
harán cargo de su operación. Igualmente, los aspectos referidos a
la infraestructura física están completamente cubiertos. Mediante
este proyecto podemos reducir en al menos seis meses el trámite para
la obtención de marcas y otros signos distintivos, permitiendo que
el solicitante una vez concretado el requerimiento, se retire el
mismo día con la negativa por examen de forma (ocasionado porque no
presentó todos los documentos requeridos o estos presentan
inconsistencias) o con la orden de publicación en prensa. Estas dos
posibles respuestas de la administración se generaban usualmente
seis meses (o más) después de presentada la solicitud.
Consideramos que con esta iniciativa estamos contribuyendo al
cumplimiento de la sexta línea de trabajo del Presidente Nicolás
Maduro: “Consolidar la operación Eficiencia o Nada y la lucha
contra la corrupción”.
Igualmente
se implementó en el SAPI un mecanismo para facilitar y hacer
seguimiento especial a las solicitudes de registro de marcas
efectuadas por entes del Estado. Es impresionante la cantidad de
marcas que utilizan las empresas estatales y que no se encuentran
registradas en el SAPI, tal es el caso, por ejemplo, de la marca
“hecho en socialismo”. Las medidas ya tomadas en este sentido
son: 1) Providencia N° 1 de la Dirección General del SAPI,
publicada el 26/10/2010 (Boletín 517) en la que se exoneran las
tramitaciones ante el SAPI a las personas jurídicas de Derecho
Público, empresas en las que la República posea más del 50% del
capital, cooperativas, y en general, entidades de propiedad social
directa e indirecta, con vigencia a partir del 01/09/2010; 2) Se creó
una unidad destinada exclusivamente a la atención y seguimiento de
estas solicitudes; y, 3) Se desarrolló a lo largo de estos tres años
un plan de divulgación y capacitación destinado a servidores
públicos con la finalidad de dar a conocer los elementos
sustanciales en esta materia e incentivar el registro de las marcas o
lemas de este tipo de empresas. Sin embargo, tal como le
planteáramos en el punto de información recibido en su despacho el
28 de junio de 2013, del cual no hemos obtenido respuesta alguna, el
derecho marcario tiene carácter territorial. El que una marca se
encuentre registrada en Venezuela no tiene ningún efecto en otro
país, por lo que es importante que aquellas empresas del Estado que
pretendan exportar productos u operar servicios fuera de Venezuela,
por ejemplo en el Mercosur, deberán efectuar el registro de sus
marcas en los países destino de tales actividades, por lo que sería
muy útil la conformación de un observatorio o sistema de
seguimiento de tal situación, pues no solo se trata de registrar las
marcas en los países en que se desee, sino que esas marcas hay que
vigilarlas y defenderlas contra usos indebidos por parte de terceros,
por lo que la actividad formativa en materia de derecho marcario
debería extenderse y profundizarse.
Quizás
la información más importante que queremos hacerle llegar a través
de esta comunicación es que se encuentran en proceso de registro la
primera marca colectiva comunal “Productor@s Comunales” y su lema
“Manos del Pueblo, Manos Venezolanas”. Estas marcas, cuyos
titulares son un conjunto de unidades productivas comunales de la
ciudad de Caracas, dedicadas a la actividad de confección y
organizadas bajo el auspicio del Gobierno de Distrito Capital, serían
las primeras de su tipo en ser otorgadas en Venezuela. Fue un
proceso de investigación, formación y discusión arduo, por una
parte la ley vigente de la Propiedad Intelectual no incluye este tipo
de marcas, sin embargo, bajo la figura de la cotitularidad y echando
mano de algunos convenios internacionales suscritos por la República,
se pudo garantizar la viabilidad legal de la figura, pero la tarea
más importante que implicó este proceso fue la conformación del
reglamento de uso de la marca, el cual se haya constituido por un
conjunto de normas, condiciones y mecanismos que garantizan que los
productos identificados con estos signos han sido producidos con un
bajo impacto ambiental, con uso preferencial de tecnologías libres,
con trabajo liberado y liberador y que los márgenes de utilidad que
produzcan servirán para mejorar los niveles de vida de las
comunidades en las que se desarrolla la actividad productiva. Este
hecho constituye una iniciativa, quizás para algunos tímida, pero
en todo caso significativa, para lograr que estos instrumentos (las
marcas en general), creados para facilitar el acceso de las personas
a los bienes y servicios de su preferencia y posteriormente
transformados en elementos alienantes en tanto han dejado de marcar a
los productos para marcar a las personas, denotando modos de vida
determinados, o falsas pertenencias, comiencen a ser utilizados para
transmitir verdaderos valores cónsonos con nuestra idiosincrasia y
no los antivalores capitalistas en los que una vida es susceptible de
ser tomada por la marca de unos zapatos.
Por
el contrario, nos deja un mal sabor en la boca el no haber podido
avanzar mas sustancialmente en la transformación del marco jurídico
en la materia, esto constituye una autocrítica y un compromiso a
futuro. Por una parte, es necesario liberar a nuestros creadores y
creadoras culturales de una Ley de Derecho de Autor que de manera
cónsona con el momento histórico en que fue aprobada, expresa de
manera clara y directa el yugo del capital sobre el valor del trabajo
humano. En 1993, apenas a un año y medio de la rebelión del 4 de
febrero, fue aprobada esta ley. Bajo el espejismo de que la
continuidad del neoliberalismo estaba garantizada en Venezuela, y
tomando los dictados de las grandes transnacionales de la industria
cultural, fue sancionada esta norma que entre otras lindezas
establece que “salvo pacto expreso en contrario” los derechos
económicos derivados del trabajo creador de nuestros artistas y
cultores, pertenece al capital, crudo y duro, casi literal, esto ha
permitido que muchos cultores, intérpretes y artistas en general,
cuyas obras son explotadas cotidianamente durante muchos años,
terminen sus días en la más completa indigencia, pues en el momento
de su contratación no tuvieron la información, la asesoría
suficiente o el poder de negociación para establecer “el pacto en
contrario” . Esto nos llevó a proponer en el reciente proceso de
consulta pública de la Ley Orgánica de Cultura, que en esta se
estableciera un límite legal en el que al menos el 10% de los
derechos patrimoniales que generan las creaciones tuvieran el mismo
carácter inalienable e intransferible que tienen los derechos
morales de los creadores (derecho a que se reconozca su autoría,
entre otros) para así garantizar medios de vida dignos para estos.
Incluso esta Ley de Derecho de Autor permite una suerte de esclavitud
intelectual en su artículo 52 en el que establece:
“Es
válida la cesión de los derechos de explotación del autor sobre
sus obras futuras si se las determina particularmente o por su
género; pero la cesión sólo surte efecto por un término máximo
de cinco años contados a partir de la fecha del contrato, aun cuando
en éste se haya fijado un plazo mayor.” Por lo menos pone un
límite de cinco años al contrato de esclavitud creativa.
Con
la Ley de Propiedad Industrial, ocurre lo contrario. La salida de
Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) implicó una
vuelta a la vieja Ley de Propiedad Industrial de 1956, en la que (¡oh
sorpresa!) los medicamentos y los alimentos para humanos y animales
no son patentables. Las oligarquías en su engreimiento no se
percataron de que existía la posibilidad de que saliéramos de la
CAN y nunca derogaron la ley de 1956. ¿Y es que Pérez Jiménez era
un adelantado de los movimientos antiglobalización? No, simplemente
que en aquellos tiempos el capitalismo, debido a las confrontaciones
concretas que se desarrollaban en el mundo, no podían sacar
completamente las garras en la expoliación de los pueblos. Esos
fueron los años en que se creó el Seguro Social Obligatorio (1944),
y se fortaleció el sistema público de salud. En general, no
estaban dadas las condiciones nacionales, internacionales e
ideológicas para que el patentamiento de medicamentos y la
privatización de la salud fueran posibles, además el capital aún
podía satisfacer su voracidad en otras áreas y para el conjunto de
la sociedad venezolana de entonces era impensable que la salud se
convirtiera en una mercancía más, en la escala en que se encontraba
para 1998, año del triunfo de la revolución. Sin embargo, la
vieja ley adolece de vacíos importantes y los tratados
internacionales suscritos por la República (incluyendo Mercosur)
obligan a una reforma legal importante, por lo que la elaboración de
una nueva Ley de Propiedad Industrial que preserve al máximo los
intereses del colectivo por encima de los intereses de la burguesía
transnacional, que paralelamente ponga a disposición de la economía
socialista herramientas e instrumentos que faciliten el crecimiento
de los emprendimientos originados en los espacios del poder comunal y
que permita proteger eficazmente los desarrollos tecnológicos que
desde el Estado se vienen estimulando, constituye una tarea pendiente
que implica la comprensión del problema y el compromiso en los más
altos niveles de la dirección de la revolución y en la que
comprometemos desde ya nuestros modestos esfuerzos.
Como
podrá apreciar de esta comunicación, camarada Ministro, no son
motivos personales o razones burocráticas las que motivan nuestra
renuncia, esta obedece a la profunda convicción de que es necesario
el debate para el avance de la revolución y de que un alerta a
tiempo tiene mil veces más sentido que un lamento posterior, por
ello consideramos pertinente hacer pública esta misiva, pues no se
trata de un debate interpersonal, se trata de un proceso en el que
muchos lo hemos apostado todo, y nada, ni la razón burocrática, ni
la prudencia mal entendida, puede ser un obstáculo para decir lo que
sentimos y lo que pensamos cuando creemos que lo estamos haciendo en
función del fortalecimiento de la revolución y de la patria. Esta
también es otra de las enseñanzas que nos legara el Comandante.
Para
finalizar, quisiera citar un poema del Chino Valera Mora, que hemos
utilizado para cerrar casi todas las charlas que sobre propiedad
intelectual hemos dictado durante estos tres años, y que a nuestro
modo de ver las cosas retrata de manera profunda la realidad del reto
que tenemos por delante:
“Sólo con disparates
ideológicos
se hacen revoluciones triunfantes
si así no fuera ahora mismo
pastaríamos sobre estos bellos
prados
comiendo hierba y espantando
moscas”
Sin más a que hacer referencia,
me despido.
José Julián Villalba Guerra
CI: V-6.967.965
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